2022 fue un año que tecnológicamente acabó para mi a lo grande. En el plano lúdico estaba bien servido, puesto que para videojuegos 2D de altas prestaciones mi equipo clónico de sobremesa estaba bien constituido con un i7, 16Gb de Ram, discos duros sólidos y lo más importante, una tarjeta gráfica RTX 2070Super. ¿Tenía suficiente con esta configuración? Sí para juegos standard en 2D, lógicamente sin poner perfiles a más de 1080p y sin llegar a configuraciones Ultra. Para juegos VR me funcionaba bastante bien, pero los juegos triple A tenía que cuidar no poner al máximo las prestaciones. Y bueno, también estaba la limitación de tener que jugar sí o sí en mi habitación, puesto que es un clónico pesado.
Tuve un arrebato o momento de inspiración divina o cibernética y tras un estudio no corto de los portátiles gaming más top de Amazon, decidí adquirir lo que me pareció más equilibrado y que podía marcar un nuevo top durante años. Me costó decidirme por la marca Asus, fabricante que nunca ha gozado de mi beneplácito, pero que tras informarme bastante cambié de opinión, su división de portátiles gaming goza de gran reputación y respeto. De hecho me parece bastante curioso que en ningún momento aparece la marca Asus en el portátil, ni externamente ni internamente, usan los logos de ROX.
El portátil es pesado, algo lógico si estamos hablando de equipo potente en todos los sentidos, pero no tanto como podía pensar inicialmente. Acostumbrado a los equipos portátiles de trabajo que pesan entre 2 y 4 kilogramos, este Rox pesa 2,3kg, con una pantalla comedida de 15,6", con muchísimo brillo, 165Hz de refresco y resolución 2K. El teclado es bueno pero no me convence su sistema de retroiluminación, no veo mucha nitidez a media distancia en las teclas y me parece absurdo que se apaguen en momentos en que yo no lo deseo. Otra parte negativa es la webcam, no tiene ninguna, así que estuve mediobligado a adquirir una externa; eso sí, me compré una con reconocimiento de rostros que me facilita mucho el acceso al ordenador en el día a día. El disco duro es de 1Tb pero lógicamente es cortísimo para el uso que yo le daré... así que a través de un gran hub he añadido un disco duro standard de 5Tb y 2 discos duros de 2Tb SSD, además de que puedo ir insertando los otros discos duros y tarjetas SD que poseo con juegos preparados para la Steam Deck.
Vamos a la parte importante, el corazón/motor de este pequeño monstruo. Su coprocesador no es Intel, es Ryzen,7, un 6800H, bastante potente y con una aceleradora decente, pero lleva además una RTX 3800, con 32Gb de Ram. Todo junto hace que ejecute los juegos de manera ultra en resoluciones 2K y HD sin despeinarse, tanto en 2D como en VR.
¿Resultado final? Tras más de un mes de uso podemos asegurar que es todo un señor equipo para jugar. Actualmente puede absolutamente con todo, en cualquier resolución y condición. Me ha sido muy fácil volver a configurar Steam VR y Oculus con mis gafas virtuales, me es cómodo tener los discos duros con juegos insertados en este equipo, independiente del ordenador principal, el cual ahora puedo utilizar como principal separando completamente las tareas de ocio. Me queda por probar a llevar este portátil al comedor para así poder jugar a juegos de PCVR sin que la distancia física sea un handicap.