martes, 29 de mayo de 2012

Reflexión del 45

Un buen géminis suele hacer una reflexión cuando cada año se cumple su aniversario, a mi pasó anoche, al acostarme; cuando mi cabeza está pensando profundamente el sueño se convierte en una reflexión consciente y en un pequeño viaje hacia atrás. Si he de ser sincero, jamás pensé cuando era más joven lo que podría ser de mi cuando llegase a mi edad. Imagino que esto le debe de suceder a muchísima gente, la evolución en unos casos no es significativa y en otros casos es brutalmente desproporcionada.

Mi reflexión estuvo centrada en dos aspectos. El primero de ellos en recordar a las personas que por alguna razón han sido importantes en mi vida, y en cierta manera pensé en ellas de manera cronológica, como si estuviese protagonizando el "Cuento de Navidad" y yo ser el señor Sgrooger. Todo hemos tenido amigos/as que han ido desapareciendo, otros que se han perpetuado a lo largo de los años, unos que hemos querido y a otros en que hemos ido cambiando su valoración, pero a todos ellos les tengo en mi mente y les doy las gracias por haber estado ahí o seguir estando aquí, sin ellos el mundo que me envuelve no sería el mismo. Muchas gracias a todos vosotros, especialmente a Xavier, Nieves, Bea, Floren, Sergi, Olga, Jaume, Rafel, Alfred, Anna Maria, Montse, Dani, Jordi, Luis, David y Agustín.

En segundo lugar están esos clips de momentos célebres que he podido protagonizar que jamás olvidaré por ser emotivos, divertidos o desagradables. De mi periodo en el instituto recuerdo especialmente el último día de curso de tercero de BUP, con la noticia de conocer las peores evaluaciones registradas, improvisamos un partido de basket y estuve tocado por los dioses; hasta 17 triples recuerdo haber encestado, creo que mi interior no quería pisar tierra y buscaba evadirse.

De mi periodo universitario tengo varios momentos importantes, fueron 4 años de intensas experiencias, como por ejemplo la semana pasada en una escuela unitaria en Montanisell, pero también pequeños momentos inolvidables. Los hay agradables, como el ser escogido como delegado en el último año de estudios reglados, y otros momentos más desagradables, como cuando coincidí detrás del despacho del profesor de historia y pude oir como éste le hacía proposiciones deshonestas a una compañera mía a cambio de aprobarla la asignatura. Pero quizás el momento más destacado entre tantos, fue cuando precisamente este profesor de historia se le cayó públicamente su carpeta con los exámenes corregidos, le ayudamos a recogerlos, y pude ver el mio ya evaluado y aprobado, y gracias a eso saber que ya había conseguido mi meta de acabar los estudios universitarios, puesto que aquella era mi última asignatura pendiente de conocer el resultado.

Momentos laborales tengo pocos, quizás destacaría un momento muy puntual en que mi jefe pasó por mi mesa, observó que tenía un bloc de notas con un logotipo de prohibido fumar, me miró a los ojos fijamente, aspiró profundamente su cigarrillo y luego lo agitó para lanzarme las cenizas sobre mi mesa sin dejar de mirarme. 20 años después sé que aun sigue en su puesto y el resto de sus "esclavos" le siguen idolatrando y aguantando sus borracheras.  Pero por suerte he tenido muy buenos jefes después de este bichejo... :)

Otros momentos importantes los puedo localizar en el Parc de la Ciutadella, tumbado en el césped junto a Rafel, o bien otro momento tumbado en la playa de Premià contando mentiras, esta vez con Alfred.  Estos dos últimos momentos se clasificarían en desagradables, pero prefiero explicar mejor los positivos, como cuando entramos en nuestra suite del Hotel MGM de Las Vegas y alucinamos con su contenido y sus vistas, o también cuando vimos por primera vez el Gran Cañón, o cuando nos colamos en el Queen Mary y visitamos el barco de proa a popa. Pensando en todos estos momentos tengo la suerte de poseer muchísimos más bellos momentos que otros menos agraciados, y justamente este hecho es el que me da más fuerza para seguir y tener ganas de más.

Para finalizar este blog no tengo más remedio que recordar lo que estaba haciendo yo hace justamente 5 años, celebrando mi cumpleaños en el parque Universal Studios de Orlando, disfrutando de la mejor atracción que he tenido la suerte de montarme, The Mummy, basada en las películas de La Momia de Brendan Fraser. Una mezcla explosiva de montaña rusa, giros de 360 grados, fuego que abrasa, velocidad y un entorno maravillosamente ambientado. De aquí a 5 años espero celebrarlo dentro de una pirámide real y soplar las velas en la cámara funeraria del faraón.