Copa del Rey 2008

Aunque sea un torneo copero que se resuelve en tres días, la Copa del Rey sigue siendo la segunda competición con más vitola en el mundo del basquet a nivel nacional. Para muchos quizás piensen que ha sido toda una sorpresa el hecho de que la Penya se llevase el triunfo final, pero seguro que para los que entienden de basket no. Esta temporada la igualdad de los equipos es muy patente y el tener una gran figura que sepa resolver es vital en los momentos más crudos de los partidos. La falta de un Scola o un Navarro se paga caro.

Pero no quiero quitar mérito a la Penya de su triunfo, todo lo contrario. Es muy loable ganar un título doblegando al Pamesa (equipo con el que habíamos perdido de más de 20 puntos en la Liga), al Real Madrid (Líder de la competición y plagado de figuras) y al Tau Vitoria (jugando en casa y con un bagaje de victorias/derrotas muy superior al nuestro). Si analizamos más detenidamente la competición copera, veremos que tampoco la Penya ha hecho grandes números. Rudy ha liderado, pero ni mucho menos ha cuajado partidos excelentes (ha fallado muchísimo, ha estado nervioso, ha perdido muchísimas bolas); Lubos Barton ha hecho los partidos más flojos que se le recuerdan en 3 años; Ricky ha liderado y ha tenido sangre fría, pero no ha robado ni el 50% de los balones que suele acaparar; los tres pivots han tenido un papel más que discreto, a la altura de su caché; Laviña ha hecho de Laviña, o sea... con una valoración que nunca supera el 4. Pues bien, a pesar de todo esto, el equipo ha sabido ganar tres partidos complicados, y es precisamente esta circunstancia la que más esperanzas nos da de que este equipo puede y debe de ir para arriba.

Como notas curiosas tengo tres. La primera, felicitar la buena actuación del trio arbitral en el partido de la final. No era nada fácil trabajar en un ambiente casero y hacerlo correctamente. La segunda, la prensa tan entendida de basket en Barcelona. El Mundo Deportivo ya tienen una encuesta en su web preguntado si el Barça ha tocado fondo. Es el típico egocentrismo barceloní, todo gira alrededor de ellos; ellos han perdido, nunca es el otro equipo el que gana. Y por último, la tercera cosa es la "casualidad" de que justamente ahora de que el Joventut gana competiciones (FIBA Cup, Copa del Rey) los puntos que se obtienen no servirán de nada porque ya no habrán trienios en la Euroliga.