martes, 28 de julio de 2015

Una objección ante la amistad


Resultado de imagen de amistadTodos hemos conocido casos extremos de auténtica amistad, de perdonar, admitir y/o ayudar a un amigo/a ante problemas verdaderamente complicados. Pero claro, todo ello se produce porque nos hemos enterado de alguna forma que había ese problema. Si desconocemos que hay una falta, una necesidad o un problema de cualquier índole no creo que sirva de mucho que seamos más o menos amigos. Llevo un tiempo largo pensando sobre estas cuestiones porque estoy viviendo en mis propias carnes estas reflexiones. Cuando pasas miles de horas al año junto a alguien sin que sea tu compañero de trabajo ni familiar ni pareja automáticamente deducimos que se trata de un amigo/a. ¿Qué ocurre si un día te das cuenta de que realmente no nos conoce, o mejor dicho, desconoce cuales son nuestros problemas, nuestras ansias, nuestros defectos, nuestros deseos.  Algunos quizás se "piquen" en primera instancia, otros se lo pueden tomar a broma o no darle importancia, pero en mi caso me ha hecho pensar demasiado, darle vueltas al asunto, y descubrir que este hecho es mutuo, que yo tampoco conozco realmente bien a la otra persona. Me he rallado con este tema, pensar en como hay veces que conoces perfectamente a alguien con poco tiempo de relación y otras veces es justamente lo contrario.

El tema de la Amistad es un tema muy peliagudo y subjetivo que más de una vez he tratado en mi blog. Definitir lo que significa amistad o "ser amigo/a de" puede tener diferentes interpretaciones pero casi siempre se puede concretar en que un amigo se interesa por nosotros, nos dice la verdad sobre nosotros, nos aconseja, nos perdona nuestros errores, conoce nuestros problemas y todo esto se produce de manera mutua. El quid de la cuestión que quiero plantear es el siguiente: ¿puede seguir existiendo la amistad si el conocimiento que tenemos del otro/a no es el correcto?


Otro dato a destacar es que falta que tengamos dudas ante algo para que vayan apareciendo otros elementos que independientemente no le habríamos dado ningún tipo de relevancia pero que ahora sabemos añadirlo a la ecuación y darnos cuenta de que existe una relación y nos reafirma. En mi caso se es que me hayan omitido una posible enfermedad grave. Cuando te enteras de que quizás tengas algo grave dentro de ti eres libre de reaccionar como desees, existen tres opciones: se lo cuentas a todo el mundo, te lo quedas para ti y no hablas con nadie, o la tercera opción que es contarlo a las personas más allegadas a ti.  Hasta aquí no le doy más importancia, pero me ha sido muy triste enterarme de esa situación bastante más tarde, cuando esa información este amigo/a la ha contado porque la podía utilizar.

Llevo días intentando cerrar este episodio, debatiendo de si esta amistad es sana. Lo que tengo claro es que sigue siendo una amistad, solo que de un tipo muy especial. Sería precioso que nuestros amigos/as tuviesen los mismos criterios, opiniones y valores que nosotros, pero seria una utopía, tenemos que valorar lo que tenemos. Cuando a veces pienso en "es mi amigo/a" puedo cometer el error de pensar en que es un "amigo para todo" y no es así, y más en la actualidad;  500 amigos en facebook no es algo tan extraño, pero con la mayoría de estos amigos sabes que puedes hacer ciertas cosas y con otros no. Me ha sido duro llegar a la conclusión de que ese amigo/a que yo le daba tanta importancia en el fondo tiene la importancia que ambos pongamos sobre la mesa, ni más ni menos, no puedes dar más de lo que recibes, ni recibirás más de lo que tu des.  Los amigos son, en el fondo, como un elemento más de tu familia: discutes con ellos, disfrutas con ellos, a veces te los llevarías a una isla desierta y en otras ocasiones les darías una buena colleja.


No hay comentarios: